Historias de la tele por Miguel Herrero


Alf

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Esta es una de esas series que no ha envejecido excepto en algunas expresiones y en cuestiones de mobiliario, vestuario y demás. Pero la diversión está garantizada cuando volvemos a ver un capítulo de los 102 que componen sus cuatro temporadas. Fue en 1988 cuando la vimos por primera vez dentro del contenedor infantil-juvenil de TVE1 "Cajón desastre", presentado por Míriam Díaz Aroca.

                                                       

ALF es la unión de siglas "Alien Life Form" o "Forma de Vida Alienígena". Pese a tener 202 años se conservaba fresco y lozano, había trabajado de modelo en su planeta, Melmac. Tenía tres padres y un aspecto propio de un oso hormiguero. Estudió durante 122 años y acabó siendo Licenciado en la Escuela Superior de Informática, por eso lo de seguir probando en el arreglo de su nave. Pese a estar soltero era especialmente enamoradizo, recordando a su novia Rhonda en multitud de capítulos. Medía 91 cms. En su primera época, el actor Michus Mezarus, de 66 cm y con un peso de 16 kgs, se metía dentro del disfraz, que era cuando le podíamos ver andar de una manera bastante primaria y como un pequeño mono corriendo en un circo. Poco después se decidió que casi siempre lo viéramos de medio cuerpo siendo manipulado por un robot.
 
La acción comenzaba cuando una nave espacial se estrella en el garaje de la familia Tanner, muy típicos en su quehacer diario si no fuese porque un extraterrestre se mete en todos sus problemas y les proporciona más dolores de cabeza de lo necesario. El núcleo familiar era perfecto: padre/madre/hijo/hija y mascota, el gato. El patriarca era Willy Tanner, un buenazo que se desesperaba ante los desastres que le preparaba el alienígena. Su intención era hacer entender a ALF que su actitud no es propia de alguien civilizado y que tiene que adaptarse al contexto social que le toca vivir momentáneamente. La mujer era Kate, una bella esposa que rechaza al extraterrestre, pero que a lo largo del transcurso de la serie se va familiarizando con él hasta el punto de encariñarse. De hecho, en los capítulos en que nuestro personaje preferido estaba a punto de volver a su planeta, el tono melodramático que cogía la serie hacía que viésemos el verdadero sentimiento de la familia hacia el bicho. La chica mayor era Lynn, una joven simpática y algo ñoña que hablaba con el alienígena como si fuera su hermana mayor y haciéndole comprender de una manera cariñosa que cuando le riñen es con razón. Y el pequeño, Brian, lo pasa en grande viviendo con un extraterrestre como mascota en lugar del perro que tenían sus amigos. Lo malo de que su mascota sea habladora e ingeniosa es que le mete en mil problemas, como cuando ALF le dijo que pusiera un planeta más en su proyecto de ciencias aunque no estuviera reconocido por nuestros científicos. Le costó una buena paliza pese a que tenía razón. Pero el hobbie preferido de ALF era el intentar zamparse al gato de la familia, Lucky, que no era tan afortunado como su nombre puesto que daba la casualidad de que el extraterrestre tenía en los mininos su mejor manjar. Y había que saciar los 8 estómagos que incluía en su anatomía. Por eso, en uno de esos típicos capítulos resumen de los mejores momentos de la serie, cuando iba a regresar a su planeta, se llevaba en la mochila al gato como un tentempié más. Para picar en el viaje.

                             

Además, se incluyeron unos vecinos pesados al más puro estilo de series como "Los Ropper" o la posterior "Matrimonio con hijos". Eran los Armonía, aunque de armonía, poco. Porque se metían en los problemas de los Tanner, que ya eran bastantes. Por Internet se les llama "los Ochmoneck" sin traducir, acabemos con los errores. La señora Armonía era la metomentodo que descubría a ALF haciendo de las suyas en el jardín y era tomada por loca cuando se lo contaba a su marido, un vividor y un borrachín. Pero es que nuestro pequeño protagonista tenía que esconderse cada vez que llamaban a la puerta. Por eso, el grito unánime tras el sonido del timbre : "ALF, a la cocina", lo cual le molestaba bastante y llegó a amenazar con coger la puerta de la cocina en más de una ocasión y marcharse. Sólo le quedaba la suegra de la familia, la madre de Kate, más agria aún que Dorothy de "Las chicas de oro" y responsable de algunas de las mejores puyas entre suegra-alienígena. Sin embargo, uno de los momentos más emotivos de la serie ocurrió en el momento en que se plantearon qué sería de ALF cuando Willy y Kate no vivieran puesto que la edad de ALF era centenaria y aún le quedaba mucho por vivir. Un capítulo en blanco y negro, al estilo Chaplin con rótulos, y compartiendo vida con Lynn y Brian, ya creciditos, nos dejaba con la angustia del futuro que le esperaba a nuestro querido personaje.
 
Al pequeño ser venido del espacio le encantaba disfrazarse por lo que vimos a ALF vestido de mil maneras, resultando tan simpático de señorona con pamela o de Papá Noel. Otra de las aficiones era la de dejar seca la tarjeta bancaria del pobre Willy, usándola para pagar todo aquello que se anunciaba en las teletiendas y que llenaba el comedor de la casa ante la cara de asombro de la familia cuando volvían al hogar. Y casi siempre en objetos inservibles como todos los elementos de bricolaje que les regaló en el primer especial navideño de la serie. ALF venía a ser un pícaro, un niño travieso que se gana al personal al poner carita de no haber roto un plato tras haberse cachondeado de las normas y de toda actitud responsable. Le vimos obsesionado con un muñeco en plan ventrílocuo, conducir a 200 km/h en plena autopista, hacer una ouija, llamar a la puerta de una pobre abuelita en Halloween o visitar "La isla de la fantasía" tras cavar un buen agujero en el jardín de su casa.

 

                                         

Uno de los mayores atractivos de la serie fue el estupendo doblaje español que nos regalaron con un Eduardo Moreno que dotó al extraterrestre de una ternura fantástica. Hasta entonces, los OVNIS dejaban en nuestro planeta a seres amenazadores y con formas variopintas que aterrorizaban a la Humanidad. Pero el "bajito" de tripilla marrón era para comérselo. Otra voz peculiar fue la de Marta García, que compaginaba el trabajo de actriz de doblaje de la joven Lynn con el de chica del tiempo en Televisión Española. En webs internacionales se recalca la excelente labor de nuestro doblaje. Todo un detalle.
 
La serie tuvo un especial de Navidad más largo de lo habitual, que vimos en la Nochebuena de 1990 antes de un "Precio justo" cargado de famosos concursantes. En aquella ocasión, ALF conseguía alegrar a una niña enferma en un hospital cuando le confunden con un juguete y llega a evitar el suicidio de un repartidor cuando está a punto de tirarse por un puente. Pero uno de los grandes errores de la serie fue no dejar un desenlace digno tras los exitosos ratings logrados. Tal vez por no saber cómo poner fin, nos dejaba con la tensión de ver al indefenso ALF rodeado por varios coches de los Servicios Secretos de Estados Unidos que lo llevarían para experimentar con él. Tras la serie animada "Los cuentos de ALF", también emitida por TVE1, a mediados de los 90, se rodó una película para televisión llamada "Proyecto: ALF" donde ya nos encontrábamos con el alienígena capturado y con una leve y lejana referencia a los Tanner. El mismísimo Martin Sheen se convertía en el Coronel que lo perseguía en esta ocasión. Y aunque nosotros no lo viéramos, en USA, el extraterrestre hizo mucha publicidad e incluso un reciente show, en 2004, al más puro estilo Johnny Carson (que había realizado un "cameo" en la propia serie) aunque no llegó a tener una gran repercusión. Fue invitado habitual en programas como el "Vip noche" americano y hemos visto varios guiños acerca del personaje en series como "Los Simpson" o "Padre de familia". Ni qué decir del éxito de ventas que supuso el merchandising del extraterrestre en llaveros, figuritas, álbumes de cromos, pegatinas en chicles o cómics. Tener un muñeco de ALF hoy en día se puede considerar un lujo y lo comprobé cuando mostré mi peluche en una de las semifinales del concurso "Soy el que más sabe de tv del mundo". Incluso el director del espacio se hizo una foto con él. Precisamente un peluche igual abrazaba la joven "Blossom" tras despertarse de un sueño en el que aparecía el verdadero ALF. Éste decidía que Blossom no debía ganar el Premio Nobel de la Paz por haber salido con el empollón de la clase. Esto de aparecer invitado en una serie no era nuevo para él puesto que había pasado por una de las nuevas aventuras de "Vacaciones en el mar" o por un capítulo del abogado "Matlock". Parece que sólo les cayó mal a los directivos de la TV polaca, que censuraron dos capítulos en los que ALF entrevistaba a un doble del Papa Juan Pablo II.
 
En España seguimos las andanzas del extraterrestre los Domingos por la tarde en TVE1 cuando el éxito matinal de los sábados presagiaba buenas audiencias. Pasó por Canal Plus en el 92, convirtiéndose en uno de sus espacios más vistos y, nuevamente, arrasó en los mediodías de Antena3 en 1995. Ya en el nuevo milenio lo vimos por el Canal Megatrix de Vía Digital, en la 2 de TVE y en repasos histórico-televisivos como "Las series de tu vida" en el 2007, brevemente y de madrugada. 

A nivel personal, ALF y yo compartimos el placer de ver la televisión y con lo mucho que me gustas, si te cansas de los Tanner, querido ALF, en Valladolid tienes tu casa.


Historias de la tele por Miguel Herrero

 

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